Sobre el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna y sobre el daño causado, fundamentando los peligrosos errores de concepto
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Síntomas, diagnóstico y tratamiento de la HPB. Consecuencias
En las organizaciones de práctica privada, la lista de síntomas que sugieren hiperplasia prostática benigna se ha vuelto comparable en extensión a un artículo de tamaño medio en un periódico. Solo una parte de estos síntomas es fácil de detectar si se comienza a estudiar otra enfermedad. El diagnóstico más preciso no se basa únicamente en los signos de la HPB ni en la observación visual; se establece claramente mediante ultrasonido (TRUS de próstata) y análisis de laboratorio tras los exámenes de sangre. Es necesario acudir a estas consultas en dos casos: al llegar a la edad de cuarenta años o más, y si en el funcionamiento del sistema urinario se han producido cambios persistentes y no saludables.
Preparación para la ecografía (TRUS) y error diagnóstico típico
Algunos especialistas sugieren prepararse para la ecografía de la próstata o el análisis TRUS bebiendo previamente grandes cantidades de agua, con la intención de llenar al máximo la vejiga urinaria y obtener un diagnóstico más preciso. Sin embargo, este procedimiento provoca compresión de los vasos sanguíneos alrededor de la próstata, alteración de la circulación sanguínea y, como consecuencia, espasmo de los músculos rectos e imposibilidad de vaciado completo, incluso en personas sanas. Esto puede llevar a un diagnóstico erróneo que indique que el paciente se encuentra en un estado cercano al crítico y requiere intervención quirúrgica urgente. En las etapas iniciales y al presentar síntomas, esto es absurdo y refleja un análisis mal realizado; lo que realmente se requiere no es cirugía, sino evaluar el nivel profesional del especialista inexperto y, para usted, buscar a otro profesional.
Si se va a realizar este análisis, debe hacerse en dos etapas: primero, determinando el tamaño de la próstata (o su peso), y segundo, evaluando la cantidad de orina residual en la vejiga.
Relación de la HPB con enfermedades del corazón y vasos sanguíneos
No pretendo asustarlo. En algún momento intenté analizar todo el material estudiado y leído sobre las causas de las enfermedades prostáticas y descubrí que estaba incompleto. Nunca encontré información que reconociera la relación entre la HPB y problemas en los vasos sanguíneos o el corazón. Observaciones repetidas y la comunicación con pacientes demuestran este hecho de manera irrefutable. La mayoría de las personas no quieren saber nada sobre sus enfermedades, y mucho menos sobre sus interrelaciones, justificando este desinterés con miedo: “si comprendo lo que sucede, psicológicamente solo me perjudicaré”.
Se debe empezar a preocuparse y buscar un desenlace tolerable cuando la pereza crónica o la desesperanza han consumido al individuo, cuando falta conocimiento o deseo de adquirirlo. Como consecuencia, pueden aparecer hipertensión arterial o hipotensión, así como diversos trastornos de la función cardíaca. Si no se ha llegado a la irreversibilidad, todo lo mencionado puede tratarse efectivamente, requiriéndose un diagnóstico competente. Una complicación lógica puede aparecer tras gripe, angina u otras enfermedades infecciosas agudas, debido a la carga prolongada sobre el corazón. Considero que la recuperación no es difícil.
Otro ejemplo: la dependencia del clima, característica de muchos hipertensos, provoca variaciones de la presión arterial y, en cadena, espasmo de la próstata. Cuanto mayor sea el cambio, más intensa es la compresión. Conociendo su predisposición a los cambios climáticos, puede reducir el impacto doloroso, evitar la retención urinaria total al menos mediante una dieta restrictiva y, siguiendo la metodología descrita en este sitio, eliminar por completo el riesgo de complicaciones.
Retención aguda de orina: prevención y primeros auxilios
Siempre se debe recordar que, ante una actitud pasiva frente a la enfermedad o un tratamiento ineficaz, el mismo espasmo afectará tarde o temprano a la próstata y bloqueará el canal urinario. Aparecerá la imposibilidad de vaciar la vejiga. Si no se lucha por su salud, es imprescindible conocer de antemano quién y dónde podrá brindarle ayuda, es decir, quién podrá colocar un catéter para drenar la orina. Esto se convierte en un problema agudo con consecuencias peligrosas si, por ejemplo, vive lejos de la infraestructura médica. No todos los médicos dominan esta técnica. La aparición del espasmo no se puede predecir, pero ocurre con mayor frecuencia en los momentos menos adecuados: temprano en la mañana (probablemente por deshidratación parcial) o cerca de la medianoche (por ejemplo, tras una cena abundante y posterior inactividad). Antes de la cateterización, trate de mantener la calma, no comer ni beber líquidos, y respirar lenta y profundamente, preferiblemente con aire fresco.
Intervención quirúrgica: indicaciones, riesgos y realidad
Muchos médicos afirman que la extirpación de la HPB (resección transuretral de próstata, RTUP) es un hecho inevitable y que es recomendable enfrentarlo lo antes posible en la edad madura. Probablemente sea agradable predecir algo (me refiero a los médicos), especialmente si nadie lo contradice. Este consejo refleja que la medicina organizada reconoce la complejidad e imprevisibilidad de la intervención. La operación se realiza mediante altas temperaturas. Lo que se quema se elimina, pero lo que permanece del tejido prostático cambia completamente su estructura. También se ven afectados los tejidos circundantes. La consecuencia es la alteración del metabolismo y de la circulación sanguínea en la zona. Las complicaciones posteriores pueden incluir pérdida de alguna función, incontinencia y, con alta probabilidad, disminución de la calidad de la potencia.
La decisión de operarse o no debe tomarla usted, de manera reflexiva, no superficial, intuitiva ni influenciada por publicidad. Es importante entender que las nuevas complicaciones serán solo suyas, y solo usted debe evaluar claramente sus capacidades: resistencia física, predisposición a la actividad física saludable, adherencia a una dieta restrictiva, probabilidad de autocontrol competente y eliminación de hábitos perjudiciales si los hubiera.
La cirugía no es sinónimo de curación
Si se ha sometido a una operación para extirpar la HPB, esto no significa que esté completamente sano, ya que no se trató la causa, sino que se eliminó únicamente la consecuencia mediante resección. Los sistemas endocrino y cardiovascular siguen funcionando como antes, sin cambios positivos. La enfermedad no desaparece; continúa progresando, más rápido o más lento. Por ello, recomiendo comenzar a seguir al menos las reglas básicas de autocuidado, mantener una dieta equilibrada y practicar actividad física moderada.
Medidas extremas
Considero que los tipos de intervención quirúrgica como la adenomectomía transvesical o la resección transuretral son acciones radicales. La extirpación de la próstata es un procedimiento extremo y de último recurso; las consecuencias de eliminar este órgano son impredecibles. Sin embargo, se promociona como si fuera el “estándar de oro” (frase típica de numerosos sitios publicitarios). Al escuchar estos absurdos, surge una conclusión clara: cierta categoría de profesionales con bata blanca, contrariamente al juramento hipocrático, no busca preservar la salud del paciente, sino obtener dinero de él. La cirugía misma es uno de los métodos más efectivos para lograrlo. Tras la operación, el paciente no permanece en el hospital y no recibe indicaciones sobre su estilo de vida posterior. Los médicos privados suelen esperar un retorno rápido del paciente, con un lema no oficial: “¡No hay pacientes antiguos!”.
Sobre el stent y la embolización de la próstata
Desde hace algún tiempo, representantes de la medicina oficial ofrecen la colocación de un stent prostático, que consiste en introducir una espiral en el conducto de la próstata. Esta maniobra, por un lado, adormece la vigilancia del paciente. Sin embargo, el cuerpo envía señales diferentes: “Muchas de las reglas por las que vives me resultan incómodas, sobre todo tu desconocimiento e inactividad. Por eso tienes HPB. Corrige tus errores antes de que sea demasiado tarde”. En lugar de esto, se le inculca lo contrario: paga y trataremos de aliviar temporalmente tus problemas mediante un truco llamado stent prostático. Se expande el conducto de manera forzada y, con el tiempo, podrías enfrentar inesperadamente un cáncer de próstata. No se menciona que esta intervención requerirá posteriormente costosa terapia farmacológica ni se informa sobre los efectos secundarios, que siempre existen. En general, esto se asemeja a un experimento con animales silenciosos. La embolización de la HPB también es imprevisible de manera similar.
Medicina popular y métodos “tratantes” inseguros
Sobre la falta de conocimiento: muchos curanderos intentan aliviar los síntomas dolorosos de la HPB mediante remedios populares. El método más común consiste en la introducción de diversos medicamentos por vía anal, con la idea de que mayor cantidad del medicamento llegue cerca del cuerpo prostático y aumente la probabilidad de efecto. Lo que realmente se cura con este método no está claro, pero la alteración dolorosa de la microflora intestinal, con sus consecuencias, es prácticamente segura, especialmente si los remedios no son oleosos.
Baños de sol, termoterapia y métodos fisioterapéuticos
Los baños de sol para obtener vitamina D son recomendados por muchos. Sin embargo, no he encontrado resultados positivos de este tipo de tratamiento para la HPB. La exposición prolongada provoca deshidratación, lo que la convierte en un enemigo insidioso con consecuencias imprevisibles. La radiación solar también puede resultar peligrosa. Si una persona mantiene un estilo de vida saludable, la exposición al sol durante actividades al aire libre es suficiente para acumular estas sustancias activas. Durante mis investigaciones, probé este método mientras descansaba en la playa y terminé con problemas, a pesar de mantener la moderación. Por ello, no recomiendo la exposición excesiva al sol.
La termoterapia debe aplicarse con gran precaución. Estos procedimientos pueden aliviar los síntomas de enfermedades prostáticas crónicas y de la HPB, pero están absolutamente contraindicados en caso de tumor maligno. La esencia del tratamiento con calor es que su fuente diluye la sangre y mejora la microcirculación en la próstata y los tejidos circundantes, produciendo un ligero efecto de reabsorción. En algunos casos, esto logra reducir temporalmente el dolor. El aumento de temperatura debe ser mínimo, 1-2 grados por encima de la temperatura corporal, y de corta duración. Excederse, tanto en tiempo como en intensidad, puede causar edema, espasmos y, en el mejor de los casos, ausencia de alivio. Este método fisioterapéutico solo es adecuado para aumentos pequeños de tamaño, donde la mejora de la circulación es posible. Desde tiempos antiguos se han utilizado materiales simples con buena capacidad de retención de calor: arena, ozocerita, arcilla, posteriormente parafina, y actualmente se recomienda una bolsa de agua caliente, idealmente eléctrica con regulador.
La codicia humana distorsiona todo. En este campo han surgido estafadores, tanto de la calle como de consultas privadas, que disfrazan la simplicidad de los métodos más accesibles. Actúan mediante engaños, vaciando los bolsillos de las personas, o promocionan procedimientos innecesariamente caros con aparatos poco comprensibles, equivalentes a una compresa caliente (no me sorprendería que pronto los presenten como nanotecnología para engañar al público). También manipulan la mente ofreciendo montar una mini clínica en casa y venden a precios exorbitantes todo tipo de productos inútiles, como he descrito en otros artículos del sitio.
Un poco sobre el “justo medio”
Los médicos hablan sobre los beneficios de las relaciones sexuales. El qigong médico, el yoga y otras prácticas orientales consideran la HPB como una enfermedad que surge por exceso de actividad sexual. Ambas afirmaciones son correctas. La actividad sexual moderada aumenta la frecuencia cardíaca (y cuanto más controlada y razonable sea, mejor) y, como consecuencia, mejora la circulación sanguínea mientras se vacía la próstata de su secreción. Todo esto contribuye a aliviar el espasmo de los músculos rectos que rodean la próstata. ¿Qué podría ser mejor? Sin embargo, el exceso de relaciones sexuales no permite que la próstata se recupere adecuadamente; la sobreexcitación provoca congestión sanguínea y daño. Por ello, en este caso, lo más importante es encontrar el “justo medio”, es decir, una moderación sensata. Si la próstata está inflamada, solo necesita reposo.
Consecuencias de prácticas extremas de salud
Recomiendo leer atentamente este apartado a quienes se dedican a intentos extremos de mejorar la salud: inmersiones en agujeros de hielo con agua helada seguidas de espasmos vasculares y choque sin control del corazón, ayunos prolongados o secos, y otras formas de naturopatía. El efecto de estos métodos no convencionales es amplio, con un alivio temporal (generalmente visible) y daños irreversibles (habitualmente ocultos). El paciente, absorbido por la búsqueda de la verdad, a menudo se niega a aceptar información objetiva, incluso si es negativa. Incluso presentar argumentos sólidos suele resultar muy difícil.
Pero, en primer lugar, si aún no ha comenzado una “epopeya” similar, intente comprender su sentido a fondo, dejando de lado toda ingenuidad temporalmente. De manera tranquila, sin prisas, formule para usted mismo preguntas simples: ¿Qué es la HPB? ¿Cómo tratarla sin consecuencias? Procure responderlas de manera fundamentada; hoy en día hay suficiente información sobre el tema. Sin un trabajo activo de su conciencia y sin conocimientos comprobados, no logrará manejar ningún diagnóstico serio. Estoy seguro de que, sin dudas, descubrirá la verdad y el deseo de aventuras extremas desaparecerá.
En segundo lugar, si ya se ha involucrado en una aventura de este tipo y el proceso le dio solo una mejora mínima y temporal o no le aportó ningún resultado positivo, antes de pasar a otro tipo de tratamiento, verifique el estado de su organismo. Las enfermedades secundarias graves pueden aparecer después de estos experimentos de manera lenta y progresiva, y un examen médico le ayudará a detectarlas a tiempo.
Así sabrá, con franqueza, dónde y en qué culpar: ya sea a quien le promocionó estos métodos o a usted mismo (lo segundo suele ser más sensato).
Con respeto,
autor, Gennadiy Plotyan.

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